La fotografía ofrece una multiplicidad de oportunidades de estilo, de motivaciones y de expresión. Una de las constantes en la fotografía durante toda su historia, es la toma de retratos, y de hecho es una de las modalidades que más se ha mantenido presente en la historia. Esa necesidad de autoreconocerse por medio de la fotografía da al retrato y a la fotografía de personajes un gusto definitivo por la mayoría de personas.
En el retrato juegan muchos factores que parecen ser ajenos a la fotografía, ya que la idea principal radica en hallar la esencia del personaje para ser fotografiado. Y es así como también existen retratos que contienen una carga y un estilo distinto y de alguna manera más expresivo, sintetizando elementos y expresiones.